Los propietarios de la compañía, Crash Therapy, explicaron que esta es la mejor forma de combatir el estrés, "la gente viene y se desahoga, se deja los problemas aquí", indicaron.
La tarifa básica permite a los clientes romper hasta 25 piezas, y con la "premium" (a un precio de 30 euros) se pueden llegar a destruir hasta 35 objetos, incluido un monitor, impresora o una televisión pequeña.
Además, los usuarios tienen derecho a un DVD grabado con las imágenes para el recuerdo y a pasar a una sala de relajamiento "para rebajar los niveles de adrenalina acumulados", explicó el gerente de la firma, Javier Talavera.
Tras ponerse un mono, colocarse las gafas de protección y elegir la música, las personas entran a una sala insonorizada donde pueden comenzar a descargar su rabia, utilizando desde un bate de béisbol hasta un martillo.
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